La discriminación es una práctica que consiste en dar, de manera injustificada, un trato diferenciado y generalmente desfavorable o de desprecio a una persona o a un grupo determinado de personas. Dicha conducta se ha vuelto tan cotidiana que a veces no nos damos cuenta de que la presenciamos, pero la realidad es que seguramente en algún momento hemos sido causa u objetivo de ella.

En México tradicionalmente se considera a la discriminación como un fenómeno social que ocurre en otras latitudes, sobre todo Europa y Estados Unidos; esta percepción se ha visto magnificada en el último año debido a las medidas migratorias y al discurso político que adopta el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump1. Sin embargo, basta revisar un poco lo que ocurre en nuestro país para darnos cuenta que no estamos exentos de prácticas discriminatorias.

Como cada 21 de marzo desde 1967, el martes pasado se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, el cual fue instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 26 de octubre de 1966, para recordar la Matanza de Sharpeville, ocurrida en 1960 en contra de manifestantes que protestaban por la aplicación del Apartheid y en la cual perdieron la vida 69 personas.2

En pleno 2017 y apenas un día antes de la referida celebración, es decir, el pasado 20 de marzo, la Federación Mexicana de Futbol anunció que quedaban expulsados de por vida de cualquier estadio en México dos aficionados oaxaqueños3 que profirieron insultos racistas al futbolista brasileño Gilberto Barbosa al termino de un partido de fútbol entre el club Alebrijes de Oaxaca y Bravos de Ciudad Juárez.4

No es la primera vez que se asocia al futbol mexicano con conductas discriminatorias, el día 22 de marzo de 2017 la Federación Internacional de Futbol Asociación, FIFA, anunció que el Estadio Azteca podría ser vetado por al menos tres partidos en caso de que los aficionados mexicanos realicen el grito de “ehh…” en el partido de este viernes contra la Selección de Costa Rica5. Los directivos de la Femexfut han sostenido en varias ocasiones que el grito no es homofóbico y que es solo un sector de la población el que se ve afectado, sin embargo miembros de la comunidad LGBT en México, así como activistas pro Derechos Humanos, señalan que es justamente ese el problema y que ningún sector de la población debería ser discriminado.6

Curiosamente el 21 de marzo se celebró también el Día Mundial de las Personas con Síndrome de Down7, a propósito de lo cual el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, publicó como foto de perfil en su página de Facebook una imagen en la cual aparece su rostro acompañado de la leyenda “Día mundial de las Personas con Síndrome de Down”, ante lo cual recibió una gran cantidad de comentarios en los cuales se utilizaba a modo de insulto la referencia a que el Presidente Peña Nieto tiene dicho padecimiento.8

La opinión que los mexicanos tengan del Presidente Enrique Peña Nieto y su nivel intelectual no es tema del presente artículo, sin embargo, el hecho de que se pretenda utilizar la expresión “persona con Síndrome de Down” a manera de insulto, es a todas luces un acto discriminatorio.

Pero no es la primera vez que los mexicanos nos valemos de las redes sociales para llevar a cabo conductas que fomentan la discriminación. En 2014 surgió la famosa moda de publicar memes que mostraban a personas pertenecientes a distintos grupos indígenas acompañadas de frases o palabras en inglés o español terminadas de manera incorrecta en “tl”, con lo cual se buscaba hacer referencia cómica a la lengua náhuatl. Respecto a este tema se abrió un debate generalizado en cuanto a si dichos memes eran o no discriminatorios, sin embargo nada justifica reírse a costa de herir la identidad y la dignidad de una persona, si este supuesto humor ha provocado que alguien se avergüence de sus orígenes, es claramente discriminación.9

Quizá el común de la población podría considerar que los casos citados son intrascendentes y que no tienen consecuencias reales que transgredan la dignidad e identidad de las personas afro descendientes, personas con Síndrome de Down, de las personas pertenecientes a grupos indígenas o a la comunidad LGBTI, sin embargo, es precisamente la normalización y aceptación de esta clase de conductas lo que pone en un riesgo, claro y real, el sano ejercicio de sus derechos.

En una sociedad diversa, como lo es la mexicana, es normal que existan concepciones particulares de lo que es correcto y aquello que no lo es, por esa razón es necesario que exista un sistema que permita regular las libertades y derechos de cada persona, de manera que, en igualdad de circunstancias, toda persona tenga la garantía de poder ejercitar sus derechos sin que factores subjetivos interfieran de manera negativa injustificadamente.

En el plano jurídico, México ha ido avanzando lentamente para alcanzar la igualdad de derechos, a pesar de la gran cantidad de Tratados Internacionales a los cuales se encuentra suscrito y prohíben expresamente la discriminación. La igualdad entre el hombre y la mujer fue reconocida constitucionalmente apenas en 1974, los derechos a favor de los grupos indígenas fueron retomados por nuestra constitución en 1992, e incluso la prohibición expresa de la discriminación se incluyó en el artículo primero constitucional apenas en 2001, publicándose en 2003 la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.10 11

Para efectos de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, se entiende por discriminación a toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u omisión, con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga por objeto o resultado obstaculizar, restringir, impedir, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades.12

Es importante entender que no todo trato diferenciado puede ser considerado discriminación, al menos jurídicamente. La discriminación legal ocurre cuando dicha exclusión, restricción o preferencia tenga como consecuencia anular o impedir el ejercicio de un derecho.

El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, CONAPRED, es la institución rectora para promover políticas y medidas tendientes a contribuir al desarrollo social, avanzar en la inclusión social y garantizar el derecho a la igualdad en México. El CONAPRED también se encarga de recibir y resolver las reclamaciones y quejas por presuntos actos discriminatorios cometidos por particulares o por autoridades federales en el ejercicio de sus funciones.13

En 2010 CONAPRED realizó en conjunto con la Secretaría de Desarrollo Social, SEDESOL, la Encuesta Nacional Sobre Discriminación en México con la finalidad de conocer lo que opinan quienes sufren y han sufrido históricamente las consecuencias de la discriminación y que han permanecido invisibles ante las autoridades y la sociedad. Así mismo recoge la percepción sobre la discriminación en todo el país y explora las opiniones de las personas en su doble papel, como discriminadas o discriminadores.

Algunos de los resultados más interesantes que arrojó la Encuesta Nacional Sobre Discriminación en México son los siguientes:14

Derechos de los niños:

3 de cada diez personas en México piensa que los niños deben tener solo los derechos que les quieran dar los padres.

Poco más del 3% de los mexicanos piensa que los niños no tienen derechos porque son menores de edad.

Percepción de discriminación:

85% de la población mexicana considera que en México normalmente se les pega a las mujeres.

82% de los mexicanos piensa que en México se les pega normalmente a los niños para que obedezcan.

60% de los mexicanos piensan que en nuestro país se respetan poco o nada los derechos de los migrantes centroamericanos.

En promedio, el 74% de los mexicanos considera que en México se respetan poco o nada los derechos de las personas homosexuales y personas de grupos indígenas.

El 15% de los mexicanos se ha sentido alguna vez discriminado por su color de piel.

50% de las personas homosexuales, lesbianas o bisexuales consideran que el principal problema al que se enfrentan en México es a la discriminación.

Las personas pertenecientes a grupos indígenas identifican a la discriminación como al principal problema al que se enfrentan en México, seguido de la pobreza y la falta de apoyo del gobierno.

40% de los mexicanos pertenecientes a grupos indígenas consideran que no tienen las mismas oportunidades para conseguir un empleo que las personas que no pertenecen a grupos indígenas.

36% de los adultos mayores en México consideran que les es más difícil encontrar trabajo por su edad y el 10% manifiesta haberse sentido discriminado alguna vez por el mismo motivo.

27% de las personas con discapacidad en México consideran que el principal problema al que se enfrentan en nuestro país es al desempleo, seguido del 24% que señala que además se ha sentido discriminado por su discapacidad.

65% de los migrantes en tránsito por el país durante la encuesta, consideran que en México sus derechos son respetados poco o nada por las autoridades mexicanas y la población en general.

*Todos los datos fueron tomados de la Encuesta Nacional Sobre Discriminación en México, para más datos consultar en el link de referencia.* 14

Los resultados saltan a la vista y resulta muy complicado no concluir que México es un país que discrimina, aun sin tocar temas especialmente complicados y que generan gran debate en México como son los temas de género, orientación sexual y reinserción social tras la prisión.

Los mexicanos hemos vivido en carne propia la discriminación y México ha librado una constante lucha para erradicarla, como resultado el día de hoy nuestra Constitución prohíbe expresamente toda forma de discriminación que atente contra la dignidad humana, el día de hoy contamos con la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación, existen instituciones como CONAPRED, CNDH y las Comisiones Estatales de Derechos Humanos que tienen la consigna de proteger a todas las personas de la discriminación y otras formas de violencia de derechos humanos, sin embargo, si de verdad queremos que nuestro país se desarrolle como un país sano, nosotros mismos debemos aprender y enseñar los valores de respeto y tolerancia, comprender que vivimos en un país y un mundo diverso, que las diferencias enriquecen y que más allá de cualquier razón para distinguirnos, todos somos seres humanos y tenemos derecho a no ser discriminados.

Recordemos que no solo es que la integración y respeto de todos los miembros de una sociedad permita un mejor desarrollo de la misma, la gravedad de la discriminación radica en que, además de obstaculizar un verdadero desarrollo, produce un efecto negativo directamente en quien la recibe, personas discriminadas pueden llegar a dudar de su propia valía y la pérdida de derechos, o la desigualdad injustificada para acceder a ellos, puede orillar al aislamiento, a vivir violencia e incluso, en casos extremos, a perder la vida.

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